En su secuencia inicial Llewyn Davis se encuentra en un bar a semioscuras con
su guitarra interpretando una emotiva canción para los asistentes, no hay dudas
de que el hombre tiene talento , nos conectamos inmediatamente a el por medio
de su arte, luego Davis sale a un callejón a tomar un poco de aire después de
su recital y inexplicablemente recibe una paliza de un misterioso hombre, sus
motivaciones las desconocemos, lo que si deja claro los hermanos Cohen es que
la trama no va de hermosas interpretaciones (que las habrá), si no de las
palizas que proporciona nuestra breve existencia en este planeta.
Los Cohen se
meten en la cultura de la música folk y presumimos por el personaje real que
aparece en trasluz ya hacia el final, que estamos ubicados a finales de los 50 o
inicios de los 60, Llewyn Davis es un cantante folk con un disco a cuestas que prácticamente
nadie ha comprado y que da el todo por el todo en la búsqueda del éxito.
Como es usual en su filmografía los
Cohen cuentan este duro drama aderezado con dosis de excelente humor negro lo
que hace mas chocante el transito de Davis por los ásperos caminos de la autorealización
y el reconocimiento, Davis carece de hogar, duerme en los sofás de aquellos que
se dignan a ayudarlo, no tiene casi amigos los cuales en su mayoría lo rechazan
incluyendo a su única hermana, se niega a regresar a su antiguo empleo de
marino mercante y por lógica anda siempre quebrado y pidiendo prestado. Su
conducta irresponsable a los ojos de muchos le ira cerrando cada vez mas las
puertas al sueño americano que todos reclaman por derecho, entre tanto el
espectador se mete en la piel de Davis, se hace cómplice de su causa ya que
todos hemos tenido sueños, que se realicen o no es otra cosa, y al llegar al
final de la odisea de Davis que termina tal cual como empezó, por medio de ese
desconocido momentáneo que sube al escenario después de Davis el cual este ve
por tan solo unos segundos, nos damos cuenta que es muy posible que el destino
este relacionado con lo que nos toca a cada uno vivir, por muy duro que suene.
VALORACION: 8.8 / 10
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