Muchas veces la violencia es
necesaria en la narrativa cinematográfica para sensibilizar al espectador y
colocarlo cara a cara con una realidad imposible de esconder, por eso el septimo arte funciona de antitesis al dicho de “Ojos que no ven corazón que no
siente”, Jia Zhangke trae cuatro historias basadas en relatos reales leídos por
el en los medios impresos, las historias
de sublevación y violencia poseen un
hilo motivador común, la cinta de manera brutal expone los retorcidos caminos
de una sociedad que se basa en la explotación, la relación opresor oprimido
varia según cada historia independiente donde hallamos personajes verdugos u
otros destinados a ser victimas.
Las referencias religiosas están muy
marcadas a lo largo de la cinta y de allí su titilo original: Un Toque De Pecado, teniendo en cuenta
que el término Pecado quienes más lo
han propagado ha sido las religiones cristianas, en china existen alrededor de
50 millones de cristianos, también el budismo se hace presente en varias
escenas donde aparece la imagen de Buda.
Entre las historias destacan la rebelión
de un trabajador contra los presidentes de la compañía minera en la cual
trabaja y coloca en relieve la instalación del sistema capitalista en la china
comunista la cual ha suprimido todos los derechos del trabajador, una
recepcionista de un sauna sucumbe ante la agresión de un adinerado cliente o el
calvario de un obrero que va de trabajo en trabajo tratando de alguna forma de
mejorar su vida.
Jia Zhangke muestra lo sórdido de
una China erguida como una potencia
mundial con grandes posibilidades de en cualquier momento abanderarse como la nación
líder a escala planetaria, las historias aunque son reflejo de su idiosincrasia
se asemejan mucho a situaciones que se dan en cualquier lugar de “nuestra única
nave espacial” citando al periodista de Dossier, todos podemos ser victimas de
cualquier sistema socio-político excluyente y la tentación de caer en Un Toque De
Violencia estará siempre latente.
VALORACION: 9 / 10
alf.cols@gmail.com / @cinealfred
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