viernes, 7 de junio de 2019

ROCKETMAN De Dexter Fletcher




Era lógico que el estreno de Rocketman biopic sobre la vida del afamado músico Elton John produjera una comparación con Rapsodia Bohemia el biopic musical más taquillero de todos los tiempos y devenido en blockbuster, por un lado ambas cintas no se llevan ni un año de diferencia en sus respectivas fechas de lanzamiento, por el otro la mano de Dexter Fletcher director de Rocketman también estuvo metida en un 90% en la terminación de las filmaciones de Rapsodia Bohemia, esto debido al despido de su director Bryan Singer pero al cual los productores respetaron su crédito como absoluto director.

Posiblemente el único lazo en común entre ambas cintas es que las figuras centrales de ambas historias eran gays consumados, mientras Freddie Mercury fue muy reservado en cuanto a sus andanzas sexuales aunque el mundo estaba al tanto de su orientación sexual ya entrados en los ochentas Elton John revelo a voz populi sus inclinaciones y no tubo tapujo en relatar algunas de sus incursiones, ese es precisamente uno de los detalles que diferencian ambas cintas.

Los sobrevivientes miembros de Queen querían hacer una historia que celebrara tanto la vida de Freddie como el legado musical de la banda, siempre su horizonte fue que la historia llegara al mayor número de público posible, sobre todo a las mayoritarias audiencias heterosexuales en las cuales me incluyo, de allí que el homosexualismo de Freddie fuera tratado con mucha sutileza y elegancia a pesar de algunas voces adversas provenientes principalmente de la comunidad gay, en este ámbito podemos afirmar que Rocketman se alza como la anti Rapsodia Bohemia, las andanzas sexuales de Elton John son más reveladoras y explicitas pero de nuevo su director Dexter Fletcher lo hace con suma elegancia y sin llegar a sitiales un poco más hardcore como algunas de las propuestas de Almodóvar o los rincones más graficos propios de mucho del cine gay, Dexter está al tanto de las mayoritarias audiencias hetero y de hecho nunca se propuso a realizar una obra dentro de la cinematografía gay, es simplemente la historia de un icono de la música que tenía una específica orientación sexual, hecho que era importante recalcarlo en la cinta para así entender la cruzada existencial que llevo a los excesos al famoso canta autor.   



La premisa en la que los heterosexuales son la norma más no lo normal se deja entrever en una historia supervisada por el propio Elton John y en la cual se traza la búsqueda de identidad del artista, la aceptación de su condición y como resultante el alcanze de la felicidad más el respeto que debe tener toda minoría ya sea de índole sexual, ideológica o política de expresarse y hacerse sentir en nuestro convulsionado mundo.

Otra diferencia marcada entre ambas obras es que si una era un biopic clásico sobre una consagrada agrupación cuyas escenas musicales provenían de los conciertos y las grabaciones en estudio de las canciones, en Rocketman estamos ante un musical pleno con toques surrealistas, es posible que esto sea una limitante para aquellos que no conectan con el género a diferencia de lo que se hizo en Rapsodia, pero desde mi perspectiva Rocketman es más redonda y más sincera con el agregado de tener más matices y recursos cinematográficos propios de lo que se espera de un musical.

Taron Egerton luce muchísimo más cómodo y creíble en la piel de Elton que su colega Rami Malek como Freddie Mercury quien además fue oscarizado, pero para colmo Egerton interpreta la mayoría de los temas de Elton John en la cinta ya que este no quería que se utilizaran las canciones tal cual y como todos las conocemos, por lo tanto se hicieron nuevos arreglos para las mismas especialmente para la propuesta, así que aquí no hay playback ni nada por el estilo, los cantos provienen directamente de las voces de los actores, esto le da una inmensa credibilidad a toda la obra en su conjunto.

Sin duda Rocketman supera a Rapsodia, es posible que no llegue a tener el insólito éxito del mega biopic de Queen o tal vez en los oscares venideros no se alce con cuatro estatuillas como si lo hizo Rapsodia, pero a veces en la cinematografía se premia más lo popular que lo meramente artístico, pero el tiempo que es perfecto se encargara de colocar a cada una en su sitio.                                       
                 

VALORACION 8 / 10





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jueves, 6 de junio de 2019

BARBARA De John Petrizzelli





Para nosotros y para el mundo no debe ser un secreto que hacer cine en Venezuela es una tarea titánica y prácticamente patriótica, la situación política y económica atenta gravemente contra aquellos que sueñan con hacer cine por estos lares, afortunadamente hay excepciones y afortunados, porque desde mi punto de vista logar obtener un presupuesto para un largometraje es una combinación de tres factores: tenacidad, talento  y suerte, de esa pequeña gama de cineastas venezolanos con fortuna nos encontramos a John Petrizzelli, quien después de obtener experiencia a través del documental nos presenta su segunda obra de ficción “Bárbara”, de lo más destacable que nos ha traído el cine venezolano en estos últimos tres años.

Con un guiòn escrito por el mismo Petrizzelli, Barbara se inicia como una cinta gay en torno a un travesti que ha sido desplazado como la estrella del local en donde se presenta como queer, este decide asaltar el sitio y en el acto se lleva un maletín de gran importancia para el dueño del night club y antiguo empleador de Barbara. Rápidamente la trama se transforma en una road movie de persecución y escape en donde el héroe o heroína Barbara interpretado por Alberto Alifa (personaje inspirado en la célebre novela Doña Barbara de Romulo Gallegos cuya alusión es explicita) se topa con sus dos cómplices accidentales de fuga: Rey García como Sixto, el muchacho pueblerino quien también huye de la violencia resultante de la pobreza y María Jiménez como Marisela una joven prostituta oportunista quien ve un chance en ambos de escapar de las precarias condiciones que les ha tocado vivir, el trio de renegados perdedores se completa y la historia nos adentra en la dinámica que se da entre ellos mientras intentan cruzar la frontera en busca de escabullirse de sus acechadores y logar zambullirse hacia la tierra de las oportunidades.






La decisión de Petrizzelli de no quedarse dentro de los canones del cine gay y brindarnos una propuesta que puede ser vista por cualquier público independientemente de su inclinación sexual se aplaude, también se agrega que el realizador dibuja a su protagonista sin ningún tipo de cliches y amaneramientos gratuitos en busca de comicidad, una tentación en que caen muchos realizadores en este tipo de caracteres, de tal manera que Barbara es percibida por la audiencia con la seriedad que merece, en palabras del propio Petrizzelli : “Yo no quería una Bárbara para que la gente se burlara. Para que un hombre se sienta mujer o quiera ser mujer, que es el caso de Bárbara, no tiene que ser afeminado”.

Ya hoy en día en nuestro golpeado país tenemos que hablar de cineastas héroes y sin duda Petrizzelli ha demostrado ser uno de ellos, sabemos de todas las dificultades por las cuales tuvo que pasar el, su equipo de producción y actores, filmar en condiciones precarias y en unas locaciones exuberantes pero hostiles, afortunadamente todos estos contratiempos y carencias no se perciben en el producto terminado, estamos ante una obra muy bien fotografiada y con una musicalización excelente la cual me recordó mucho al Brokeback Mountain de Ang Lee, todo esto enmarcado en una historia amena y de muy buen ritmo, las únicas posibles fallas que se pudieran señalar son en algunos momentos de ritmo e interacción actoral pero esto afortunadamente no logra empañar a la propuesta en su conjunto, en otras oportunidades he señalado que se necesita bastante tiempo para ensayar previamente con los actores además de ya en pleno rodaje contar con un tiempo benévolo para realizar las suficientes tomas y pruebas, en Venezuela el tiempo conspira contra el realizador, la filmación se torna en una carrera contra reloj y recordemos que el tiempo se traduce en dinero y lamentablemente eso es lo que precisamente ahora hace muchísima falta para poder impulsar definitivamente a nuestra industria que tal vez no existe y que se resume en grandes esfuerzos sectorizados.

Felicitaciones a Petrizzelli y a todos aquellos patriotas cineastas venezolanos que día a día se enfrentan a condiciones muy adversas y logran poner el nombre del país en alto, de hecho la gran cantidad de premios que han conseguido nuestras producciones en diversos festivales internacionales a través de estos últimos 15 años demuestra que aquí hay talento y ganas, lo que falta es el empujón definitivo, si vendrá está por verse.                  

VALORACION: 7.5 / 10 




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