martes, 26 de septiembre de 2017

MOTHER (Madre) De Darren Aronofsky




A nuestros recurrentes lectores ya les hemos hablado de la diferencia entre el cine institucional y el cine reflexivo, una vez más se nos presenta un excelente caso de cine reflexivo (radicalmente con sello de autor) en donde lo planteado por el film es incomprendido por una gran masa, mientras una parte de aquella que si logra descifrarla descarga toda su furia ante el atrevimiento y la valentía del autor de hacer una avasallante critica a diferentes tópicos considerados por muchos sagrados e intocables, ese es el riesgo que corre todo aquel que se decide transitar por el camino de hacer cine de autor. No es la primera vez que en las artes esto pasa, podemos mencionar a aquellos que en su momento en el ámbito musical menospreciaron a un Mozart, a un Elvis Presley o a Los Beatles, en la literatura los que se sintieron ofendidos por los tratados del Marqués de Sade y por supuesto el ámbito cinematográfico no escapa de esto, allí está un Orson Wells con su Ciudadano Kane, un Kubrick con su 2001 Odisea En El espacio, muestras de artistas que están a uno o más pasos a nivel intelectual del resto de los mortales, lo cierto es que en la sociedad existen dos cosas que parecen no encontrar tolerancia, los que se quedan atrás y los que están más adelante.   
        
El festival de Venecia ha servido como catalizador para mostrar las reacciones divididas que ha sufrido la nueva propuesta de Darren Aronofsky (Réquiem por un sueño, El Luchador, El Cisne Negro), la mitad de la audiencia la aplaudió y la ovaciono, la otra mitad se definió por el abucheo, los que estamos en el grupo que la ovaciona sabemos que solo el tiempo se encargara de colocar al autor y su obra en el sitial que merecen, los que hoy la abuchean serán olvidados y muy posiblemente en el futuro no les quedara otra que reconocer el calibre inequívoco de esta propuesta valiente, sincera y sin concesiones del señor Aronofsky, quien solo podrá encontrar resistencia en el futuro de un escaso grupo de devotos religiosos, que de paso son excelentemente bien retratados en la cinta, tal vez de allí su furia.

Mother es una película que tiene varias lecturas, y lo interesante es que tendrá diferentes interpretaciones por parte del público, aunque su autor ya haya dicho o asomado luces de donde vienen los tiros, pero precisamente esa aura de misterio y su abierta predisposición a las interpretaciones, harán de esta propuesta llena de metáforas un clásico instantáneo que ira creciendo conforme vengan sus futuros visionados.
La cinta en un nivel funciona perfectamente como un thriller psicológico que recuerda en algunos pasajes al Bebe De Rosemary de Polanski, simplemente tenemos a una pareja conformada por Jennifer Lawrence (quien da aquí su mejor actuación) y Javier Bardem como un matrimonio que vive solo en una casa de pradera en remodelación, el esposo es un escritor que atraviesa un bloqueo creativo, su esposa está encargada ella misma de la reconstrucción pieza por pieza de la casa previamente consumida por las llamas, esta aparente tranquilidad es quebrantada por la inesperada visita de dos extraños: Michelle Pfeiffer y Ed Harris, esta visita da pie a una serie de eventos que desembocaran en una total invasión masiva del sagrado hogar, a lo largo de la trama esta invasión llega a alarmantes niveles los cuales se direccionan a un clímax altamente violento, angustiante y enormemente surrealista.




Aronofsky arma un espectacular thriller con una sola locación más una inquietante cámara que se sustenta de primeros planos, sobre todo del rostro de Jennifer Lawrence, quien es el objeto en donde recae todo el sufrimiento y el horror que conlleva la destrucción paulatina e indetenible de su hogar, es precisamente hacia el ultimo de este desenfrenado tramo y en su conclusión en donde el espectador se torna más confuso, si sobre todo a percibido hasta ese momento la historia como una cinta común de terror y suspenso, lo cual por supuesto no lo es, la propuesta está sustentada en una serie de metáforas bíblicas y todos los personajes son alegóricos o referenciales, solo comprendiendo la metáfora que desea imprimirnos Aronofsky nos podemos acercar al universo caótico y decadente que tenía en mente el director a la hora de escribir el guiòn y luego darle vida a través del metraje, de allí es entendible la división que produce en los espectadores esta obra rompedora de esquemas en aquellos que logran descifrar o acercarse a los códigos alegóricos insertados y contraponerlos con nuestra actual realidad.
Entre los diversos tópicos espinosos que aborda Aronofsky en Madre encontramos:  
- La sobrepoblación mundial
- La emigración
- La destrucción ecológica del planeta
- El fanatismo religioso
- El culto a la celebridad
- La violencia como forma de solución
- La pérdida de la individualidad en pos del populismo
- Las motivaciones del Dios todopoderoso

Con este abanico de metamensajes que manda Aronofsky arropados en un manto bíblico, no es de extrañar que ha muchos el director les haya metido el dedo en la llaga y de allí su natural reacción negativa ante la insolente e irreverente postura del realizador, al final esto no menoscaba su obra, si no la hará crecer mucho más. La valía de esta Madre en la conciencia artística tal vez no será reconocida de inmediato, pero no se puede negar el efecto de una cinta de esta envergadura, la cual se queda clavada en el inconsciente y puede que permanezca allí por días, que es donde subyace el verdadero poder del séptimo arte.   

VALORACION 10/10