Un empleado de una multimillonaria
empresa informática gana un concurso para conocer a su ídolo y enigmático jefe,
este vive aislado del mundo en una casa futurista cercada por un paraje espectacular,
una vez allí el trabajador se prestará a participar en un estudio con un robot de
apariencia femenina y cuya inteligencia artificial es comparable a la de un ser
humano. El guión que contiene referencias de la novela Frankenstein plantea interrogantes
de como hasta qué punto el ser humano puede comportarse como un robot o hasta que punto el robot puede
llegar a razonar como un humano.
Ex Machina es un duelo filosófico entre tres personajes: El genio magnate, su reveladora creación y su inocente empleado. La interacción que mantienen los dos humanos es una lucha de egos sobre todo de parte del excéntrico millonario, mientras la relación del visitante y la maquina se convierte en la dinámica mas humana que ofrece la propuesta que se desarrolla casi en su totalidad dentro de la artificial y minimalista casa del magnate y por ello en contraposición están las tomas externas fuera de la casa, con una serie de paisajes naturales impresionantes que chocan totalmente con los interiores del recinto, en una señal clara del riesgo que se corre al sumergirse en el desarrollo tecnológico en pos de olvidar nuestra verdadera fuente de vida provenida de la creación natural misma, el uso acertado del sonido y de la musicalización contribuyen enormemente en ubicarnos en este dramático cuento de ciencia ficción librado de clichés.
Domhnall Gleeson resulta muy
convincente en su papel de empleado conejillo de indias mientras que Oscar Isaac
pudo haber estado mejor en su papel que bebe de un Víctor Frankenstein pero
actualizado, ahora quien se roba el show es Alicia Vikander, que aparte del
trabajo de llevar maquillaje y efectos especiales durante casi toda su
interpretación, consigue un perfecto nivel que se sustenta en sus diferentes
registros expresivos de su rostro, su única arma para demostrar las intenciones
internas del ser robótico, y lo logra con una sutileza impactante.
Sorprende que con un
presupuesto de 11 millones de euros, “Ex Machina” tenga unos efectos especiales
tan interesantes como su propuesta. La película se acerca más al relato dramático
que a las propuestas tradicionales del género de ciencia ficción y no tiene nada
que ver con las batallas campales a lo Transformers o cintas descerebradas del
mismo saco.
La posible premisa de Ex Machina
es ¿Hasta donde vamos a llegar con la tecnología? asunto que según la cinta es
una incógnita como para comerse la cabeza y salir de la sala debatiendo hasta
el hastió del tema.
VALORACION 8 / 10
alf.cols@gmail.com / @cinealfred