El enigmatico Lars Von Trier junto a Pasolini y
David Lynch son posiblemente el trió de realizadores mas provocador, controversial, incomprendidos, odiados pero a la vez venerados, así exista gente que despotriquen de sus propuestas, los
mismos no tienen escapatoria al estar impedidos en negar el inconfundible
estilo personal de estos renegados y su sitial en el séptimo arte como unos de
los grandes cineastas de todos los tiempos.
Lars Von Trier ataca de nuevo y a
lo grande, con un manifiesto que no dejara indiferente a nadie, entregado en
dos volúmenes que no debieron ser separados pero cuya duración conjunta alcanza
casi las cinco horas, se entiende que solo los fieles a Von Trier se lanzarían con
gusto este maratón pero Lars extrañamente parece también pensar en los demás y
por eso una propuesta que es una sola la pica en dos, aunque en algunos sitios
se ha proyectado los dos volúmenes completos.
Con un total de 8 capítulos de
que constan las dos partes el travieso Lars nos da la biografía principalmente
desde su adolescencia hasta la avanzada madurez de una mujer (Joe) que establece el sexo como único medio
de expresión y valor existencial, sus experiencias sexuales juveniles son
contadas en detalle y sin ningún tipo de pudor, la joven ya acepta su naturaleza
ninfómana y se entrega a ella sin reservas.
Lars Von Trier aborda la trama
con elementos del cine erótico y pornográfico, lo explicito es poco predominando
los desnudos y lo sugerido, aunque lo contado es sexualmente fuerte Lars se
asegura de que las imágenes no sean sexys, estas funcionan como complemento
para revelar la psiquis existencial y enfermiza de Joe, de esta forma el
espectador no se excita ante lo que presencia (aunque siempre hay excepciones)
si no que es obligado a reflexionar y en gran medida individualmente ya que Lars
no se mete de lleno por un camino moralista.
Lars como es costumbre y ahora
que cuenta con mayor presupuesto y puede presumir con un casting de lujo, a través
de una hermosa pero inquietante fotografía y un montaje que recuerda mucho a su
excelente Anticristo, coloca lo artístico
y poético por encima de cualquier secuencia que pudiera ser catalogada de porno,
Lars es de lo pocos en saber utilizar extremos musicales opuestos como
Rammstein y Bach para fusionar la imagen-sonido en algo inseparable.
Ya en el Volumen 2 nos sumergimos
en la agonía de la Joe adulta ante su incapacidad de sentir la excitación sexual
que tanto experimento en su juventud, este tramo es el mas dramático y en donde
se plantea la revisión de temas como la familia, el amor, la muerte y por
supuesto lo sexual que siempre ha estado presente desde el primer volumen.
También como es usual en Lars
este nos depara un final atónito y libre de algún tipo de sentencia dejando de
nuevo al espectador en una encrucijada solitaria en donde se mezclan las
distintas sensaciones experimentadas, de allí que la discusión o debate en
torno a lo visionado pudiera darse por días, tal vez sin llegar a una reflexión común
ya que el ingenio de Lars depara una experiencia personal e incompartible en
cada uno de nosotros y mas si se trata de algo tan subjetivo como lo es el
sexo.
De visionado obligatorio para cualquier cinéfilo.
VALORACION: 10 / 10
alf.cols@gmail.com / Twitter: @cinealfred
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