El cine surrealista con reminiscencia
de abstraccionismo va en busca de la premisa indiferentemente de la coherencia en
los sucesos y en la narrativa presentada, ante un espectador que coloca el
punto de foco en construir y darle sentido de manera convencional a lo
visionado, este ejercicio en Borgman puede llegar a ser frustrante ya que su
realizador no da pistas ni detalles de cuales son las motivaciones que llevan a
un extraño grupo subversivo liderados en un comienzo por un vagabundo que se
introduce en la casa de una familia acomodada para luego ir ejerciendo una
enorme influencia en la esposa de un matrimonio y sus hijos hasta la desintegración
del núcleo hogareño.
Al igual que Funny Games de Hanake o Teorema
de Pasolini, el extraño y sus cómplices
poseen un magnetismo y poder del cual la familia no puede resistirse, el
vagabundo es capaz de influenciar los sueños de la ama de casa invadiendo la
intimidad de la pareja y sentándose desnudo encima de ella mientras duermen.
O la niñera que sucumbe de manera hipnótica al
deseo momentáneo de uno de los invasores camuflado de jardinero y que termina
enamorada rechazando a su novio ante un desconocido que luego la desprecia con
la mayor frialdad, el padre de familia que en un momento es retratado como
dominante y de carácter violento se rinde ante la invasión a pesar de haber
golpeado y expulsado al mendigo en su primer intento de acercamiento.
El grupo se encarga de ir aislando
a la familia asesinando a todos aquellos que perturben de alguna forma la misión
encomendada, ¿Por quien?, contestarlo no importa, la verdad se encuentra en una
familia disfuncional burguesa atrapada por los convencionalismos sociales y
este grupo perpetrador que representa por mas perturbadores que puedan ser sus métodos
a la justicia dotada de un inexplicable don divino que viene a desterrar como en
las antiguas plagas bíblicas, todo el vacio existencial y lleno de valores
superfluos que azotan a la sociedad y sus familias.
VALORACION: 8.5 / 10
alf.cols@gmail.com / Twitter: @cinealfred
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