Muchas veces estrenar una
cinta en el momento y lugar preciso rinde frutos, pero también se da lo
contario, un lanzamiento cinematográfico en un momento no conveniente puede desembocar
en escasos rendimientos en taquilla, así como la desestimación de la crítica
especializada, esto no tiene que ver con la valía de la cinta, lo que sucede es
que otros eventos se producen y terminan opacando a la obra en cuestión,
Aliados es un perfecto ejemplo de esto, la nueva película de Robert Zemeckis a pesar de contar con
las estrellas Brad Pitt y Marion Cotillard, ha pasado
desapercibida tanto para el público como para la crítica, las razones pudieran
estar en un Hollywood actualmente politizado por el arribo de Donald Trump como presidente y la controversia que se dio en el 2016 por la ausencia de
afroamericanos nominados en los más importantes premios de la meca del cine, lo
que ha llevado en cierta medida a que la elaboración de las listas de lo más
sobresaliente del 2016 estén predominadas en alimar asperezas raciales y
transmitir mensajes y consignas políticas, este hecho no debe ser reprochado,
lo malo son los daños colaterales que sufren producciones alejadas de estos
patrones circunstanciales que se han impuesto y posiblemente muchas de ellas
tengan más valores artísticos que las escogidas para optar por los codiciados
diferentes premios, en este momento lo político se impone sobre el arte pero el
tiempo se encargara de reivindicar a las relegadas y hacer un justo valor a
aquellas que han sido exacerbadas solo con fines políticos.
Aliados es una clásica pieza
cinematográfica en todo el sentido de la palabra, esta trata de retomar los estándares
de la narrativa del Hollywood en sus tiempos de oro, de hecho este thriller romántico
se inicia en Casablanca, la misma
localidad que sirvió de escenario para la ya mítica película del mismo nombre, allí
dos agentes encubiertos Max Vatan (Brad Pitt) de origen canadiense
y Marianne Beausejour (Marion
Cotillard) de origen francés bajo la fachada de un falso matrimonio emprenden
una misión para asesinar al embajador de esa localidad colocado por Hitler, la
pareja luego se enamora, se casa y forman en Inglaterra una familia, la trama
da un giro al ser prevenido Vatan de que su esposa posiblemente sea una espía
alemana encubierta.
Zemeckis combina de manera
armoniosa la historia de amor entre Max y Marianne con el suspenso muy bien
desarrollado en el que Max debatido entre su entrega a la causa o mantenerse
fiel a su amada esposa trata de buscar pistas que den luz sobre la verdadera
identidad e intenciones del ser con quien ahora comparte una vida.
Brad Pitt y Marion Cotillard
nos deleitan con una perfecta química que se da entre ellos, la pareja se
muestra totalmente convincente y logran lo más importante de la obra, transmitir
veracidad en su romance el cual trasciende más allá de la pantalla, sin llegar a
caer en la cursilería y lo empalagoso.
Robert Zemeckis (Forrest Gump, Volver Al Futuro, Naufrago,
Contacto) suma a su lista otro
acierto cinematográfico muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver de
parte suya, y que posiblemente encuentre redención con el paso del tiempo,
cuando las mareas bajen y las aguas se tornen menos hostiles.
VALORACION 8.5 / 10
alf.cols@gmail.com / @cinealfred
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