La nueva película del canadiense Denis Villeneuve quien viene ganando
acelerado prestigio gracias a cintas como Incendies, Enemy, Prisioneros y
Sicario, se apunta como un relato puro de ciencia ficción en el mejor sentido
del genero, aquí no hay aliens que matan gente, rayos laser, persecuciones,
explosiones, el desafío va directamente al intelecto del espectador quien como
también ocurrió en Enemy lucirá perdido y desconcertado y tendrá que hacer una
segunda revisión de la misma para su mejor entendimiento, aunque de antemano se
sabe que las primeras victimas en quedar fuera de sitio con lo que expone la
cinta son las audiencias que están totalmente domesticadas e hipnotizadas por
el cine simplista y meramente comercial, Villeneuve a pesar de contar con mas
recursos a la hora de traernos este Arrival se niega a despojarse de su vena de
realizador autor, esa independencia es lo que le ha dado la fama de ahora
pertenecer a la elite de luminarios directores y tener mas autonomía y poder a
la hora de escoger sus proyectos.
Arrival es una película compleja y
para tratar de guiarlos sin dar spoilers contundentes es engañosa en su forma
narrativa, comienza haciéndole pensar al espectador que esta observando
situaciones ocurridas en el pasado, a medida que avanza y sobre todo después de
haber transcurrido la primera mitad se va quebrando la definición del tiempo a
la cual estamos la mayoría asociados, Arrival aborda el concepto del tiempo
como dimensión física, nosotros solo conocemos y percibimos tres dimensiones físicas: ancho,
profundidad y altura, el tiempo es otra cosa, de este sólo podemos interactuar con el
presente, esa es nuestra realidad, es aquí donde se marca la diferencia entre
los humanos y los extraterrestres llamados heptápodos, ellos perciben las dimensiones
de otra manera, en ellos el tiempo tiene
un significado demasiado diferente y nos contactan por que saben que dentro de
3.000 años necesitarán a los humanos y a la Tierra, el porque no se explica y
tal vez no es necesario, lo importante es como los científicos de los
diferentes puntos en donde aparecen las naves por imposición tratan desesperadamente de
establecer un lenguaje, un rápido puente de comunicación para entender el propósito de
los repentinos y "peligrosos" visitantes, pero los países involucrados autoproclamados potencias son incapaces
de ponerse de acuerdo, viven en el mismo planeta y los muros culturales, los
miedos y las ideas preconcebidas se imponen, si ellos que viven en la misma
nave espacial que gravita alrededor del sol no logran compenetrarse es lógico
que malinterpreten las intenciones de los extraterrestres y lleven al mundo al
punto de una hecatombe nuclear.
La lingüística cobra gran importancia en esta historia donde una
espectacular Amy Adams como una doctora experta en lenguajes se enfrenta a
tratar descifrar un lenguaje y signos muy complejos que irán saliendo de las
peculiares sesiones del grupo científico con los enigmáticos visitantes,
quienes nos traen un regalo en este presente y que los gobiernos malinterpretan como un
arma, lo que nos traen y descubre la doctora es que hay otra forma percibir la
dimensión temporal de manera física.
Todo lo expuesto es difícil de entender hasta el último momento
en donde el espectador entra en conciencia de que la secuencia temporal lineal
que se le había expuesto no es tal.
De nuevo Villeneuve nos trae otra pieza de culto que
pasara a formar parte ahora de los clásicos de la ciencia ficción y lo más
importante es que lo logro a su manera y con sus propios códigos, sin venderse
a la comercialidad dominante y persistente de este tiempo presente.
VALORACIÓN: 8.5 / 10
alf.cols@gmail.com / @cinealfred
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