martes, 3 de enero de 2017

THE CHILDHOOD OF A LEADER (La Infancia De Un Lider) De Brady Corbet



Sobresaliente primer largometraje del actor americano Brady Corbet en su debut como director, la trama se centra en una de las condicionantes que pueden determinar en el desarrollo de la infancia la orientación de un niño ya en la adultez hacia las ideas totalitaristas, en otras palabras presenciamos la niñez de un ser que se convertirá en un dictador, aunque Corbert ubica su historia entre la primera y segunda guerra mundial y utiliza imágenes de archivo históricas para contextualizarnos el relato que presenciamos es ficticio aunque se alimenta lógicamente del nazismo y el fascismo europeo, inclusive ya en su final no utiliza el conocido símbolo del régimen alemán liderado por Hitler, este es sustituido por un tigre, de modo que Corbert deja sentado que estamos ante una historia que no ocurrió, mas si explora y utiliza muchos elementos históricos para asociarlos hábilmente a su relato.

El drama es representado como una cinta de terror y misterio, con una fotografía tétrica y opaca que sirve como una capsula de tiempo para llevarnos al momento de lo expuesto por Corbert, la excelente partitura musical del film esta llena de fanfarrias desesperantes y angustiantes las cuales ponen alerta al espectador de que algo malo esta por venir, así la historia funciona como una versión mas terrenal y realista de La Profecía (1976), con la diferencia en que aquella nos hablaba del hijo de Satanás mientras esta nos retrata un niño normal y mortal como el resto de nosotros pero que vive en un sitio determinado, en el momento y entorno familiar justos lo cual terminara provocando un giro en la historia de la humanidad.
Corbert realiza su anatomía de cómo se fabrica un líder y dictador y establece que esta predisposición se desarrolla durante la infancia, en el seno de un hogar de una familia euro-americana que viaja al Viejo Continente con el fin de que el patriarca familiar participe activamente en las negociaciones y elaboración del Tratado de Versalles de 1919, aquí Corbert destaca los inmensos errores que se cometieron en la elaboración de este tratado y que termino en unas bestiales sanciones económicas hacia Alemania y que desemboco en hambre y desempleo, el perfecto caldo de cultivo para el surgimiento de un dictador mesiánico de ideas extremistas.

Un padre prácticamente ausente mientras realiza su trabajo en París y una esposa que a toda costa intenta darle a su hijo único Prescott una educación muy de elites, de una estricta disciplina severa, típica de las familias burguesas de la época, se van olvidando según las costumbres de lo mas importante: afecto y cariño, prácticamente no abrazan ni demuestran de manera efectiva amor por el niño, las dos figuras afectivas en la trama son la institutriz de Francés y la criada pueblerina que luego es despedida y apartada del infante con el fin de que no le hiciese sombra a la madre  y no desafiara los mas absurdos castigos tales como no darle de comer al niño.

La propuesta que nos muestra unas casas burguesas amplias pero al mismo tiempo asfixiantes dignas de las mejores película de terror se divide en tres actos que exponen los tres ataques de ira que harán que el niño pase de ser victima de una relación violenta entre el y sus padres a la posición del pequeño tirano que se revela abiertamente y de manera abrupta en un claro desafío a la autoridad impuesta.
La cinta cierra con broche de oro y es donde Corbert utiliza su cámara más angustiante y casi nos aturde con una fanfarria infernal que anuncia el auge del líder-dictador, quien se abre paso por una multitud ignorante e idiotizada la cual lo clama como si se tratase del mismo Jesucristo en persona, aunque lo único reprochable y no muy entendible es el que el líder no se asemeja a su padre si no al amigo de este salido de la franquicia vampiresca de Twilight.      

VALORACION 8.5 / 10  
alf.cols@gamil.com / @cinealfred
          

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