lunes, 12 de enero de 2015

WHIPLASH De Damien Chazelle




Barbárica película devenida automáticamente en cinta de culto, una obra maestra que nos recuerda que todavía en USA hay creadores que se niegan a dejar que el séptimo arte muera como expresión artística ante la desenfrenada masificación del cine con existencia únicamente comercial. El joven Andrew (Miles Tyler) es un baterista que estudia en la más codiciada escuela de jazz en New York, su meta es bien definida al espectador, Andrew quiere convertirse en uno de los grandes, con Buddy Rich como principal inspiración Andrew tiene claro su horizonte a pesar de la desaprobación de su padre, su valía como instrumentista es puesta a prueba cuando conoce al director del instituto Fletcher (J K Simmons), este recluta estudiantes para que formen parte de su prestigiosa banda que participara en las próximas competencias de Jazz alrededor del país, Andrew capta la atención de Fletcher y es incorporado a las filas.

Lo que pronto descubrirá Andrew son los métodos de enseñanza nada ortodoxos de Fletcher, este empuja a sus alumnos hasta el límite, Fletcher no tiene reparo en gritar, insultar, lanzar sillas o cualquier objeto y hasta pegar a sus pupilos con tal de alcanzar la perfección total de los músicos de su banda, Andrew se llevara la peor tajada y su obsesión de convertirse en prodigio y tener la aprobación de Fletcher lo llevara a un total quiebre de su salud emocional.   



La trama deriva en una lucha casi a muerte entre un Andrew empeñado en realizar su sueño y su mayor obstáculo Fletcher, el profesor cree profundamente en que se debe presionar al alumno hasta lo mas rincondito de sus límites sin importar las consecuencias y de esta forma sacar lo mejor de cada músico.    
La tensión que experimenta el espectador en esta contienda es indescriptible, solo comparable a las emocionantes peleas de las primeras cintas de Rocky Balboa, situación que se plasma perfectamente en su apoteósico final, sin duda uno de los mejores en la historia del cine.

Los dos actores están soberbios en sus roles pero es J K Simmons quien se lleva los laureles, ya con el globo de oro en sus manos resulta inaudito que también no se alce con el Oscar, su registro del “villano” maestro es perfecto, apartando la acertada construcciòn de Fletcher desde el guiòn, toda la dialéctica y lenguaje corporal del personaje están terriblemente bien sincronizados por parte de Simmons, nada esta de mas y de menos culminando así en lo que su director quería, tener una representación difícil de juzgar o encasillar, porque si en algo se destaca Whiplash es que aquí hay solo seres humanos, con diferentes puntos de vista y metodologías de cómo encarar la vida, pero en un mundo sobre todo en lo artístico en donde reina lo banal y mediocre, tal vez Fletcher no sea el villano que pensamos que es.                          


VALORACION: 10 / 10



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