Quinta adaptación de la obra de F. Scott Fitzgerald de 1925, muchas veces confundida como un drama de romance cuando en realidad es una fuerte crítica al sistema de valores burgués en una de las épocas más prósperas de los Estados Unidos, el primer traslado del libro al formato cinematográfico fue en 1926 con una cinta muda de la cual prácticamente están perdidos los negativos, le seguirían una en 1949 y las más célebre la de 1974 bajo la dirección de Jack Clayton con guión de nada menos y nada más que Francis Ford Coppola y con Robert Redford y Mia Farrow encabezando el reparto, en el 2000 se haría otra adaptación pero para la televisión y finalmente llegamos al 2013 con una versión a manos del australiano Baz Luhrmann responsable de Romeo y Julieta (1996) y Moulin Rouge (2001).
De entrada este Gatsby es el más colosal de todos a nivel de producción, de hecho esta es la cinta con la mejor calidad de imagen que jamás he visto en el cine, se le ven los poros a los actores y como es lógico la iluminación, los tiros de cámara, la puesta en escena y el vestuario son de primera línea, así que no es de extrañar que este Gatsby logre nominaciones en estos rubros en los próximos Oscars y posiblemente se lleve algunos. Aquellos que desconozcan la obra de Fitzgerald o la cinta del 74 saldrán muy complacidos, tan es así que el Gatsby de Luhrmann también es el más exitoso de todos, con mas de 140.000.000 millones de dólares en recaudación solo en suelo estadounidense, ahora bien, hasta aquí llegan las buenas nuevas para este Gatsby que cuando hacemos a un lado toda su parafernalia y entramos en sus entrañas nos da bastante tela que cortar.
Para captar sobre todo a las audiencias juveniles, Baz Luhrmann en los primeros 30 minutos de metraje aproximadamente hasta la aparición del Gatsby utiliza todos los recursos disponibles a su alcance para dejar claro su sello, que ya vimos en sus anteriores trabajos, solo que aquí el exceso es de tal magnitud que luce como un ejercicio egocentrista, la edición y el ritmo en este primer tramo es tan frenética que le es imposible digerir a la audiencia tal cantidad de imágenes que les son mostradas, debido a la obsesión de Luhrmann por impresionar a nivel visual valiéndose de la era Burlesque o de retazos de la estética Fellini descuida en muchas partes la dirección de actores, así vemos a un Tobey Maguire como Nick Carraway sobreactuado hasta mas no poder incluyendo todos los que lo secundan.
Tras aparecer el Gatsby la cinta cambia el código establecido anteriormente, (recordemos que el estilo debe mantenerse de principio a fin al menos que exista un giro justificado) luego deja un tanto al lado lo visual para adentrarse en el núcleo dramático de la historia que es la obsesión del Gatsby (Leonardo Dicaprio) por la dama rica y casada Daisy Buchanan (Carey Mulligan), esta relación es retratada mas como una historia de amor adolescente (cuando sus personajes no lo son) que como el deseo utópico del Gatsby de ser aceptado por la élite a través de Daisy a pesar de su gran fortuna de dudosa procedencia, este complejo de inferioridad que posee debido a sus orígenes humildes está mejor plasmado en la cinta del 74, la cual es mucho más modesta pero le gana terreno ampliamente a la de Luhrmann en el desarrollo del guión y mucho más en el portafolio cínico de una clase social pudiente pero vacía encarnada en Daisy (Mia Farrow), actriz de una fisonomía que dista de los estándares de belleza hollywodenses y que al dotar a su personaje de la psiquis correcta que le fue imprimida respetando el espíritu de Fitzgerald, se convierte en la verdadera villana de la historia, sobre todo en su impecable escena final.
Mientras en su guión Coppola dibuja a Daisy como una caprichosa que actúa por revanchismo a su cornudo marido, la Daisy de Mulligan termina como una víctima perdiendo el foco de reflexión que originalmente tenía el caracter y al cual Jack Clayton si supo sacarle el jugo en una Mia Farrow ambigua ayudada por su enigmático rostro. Leonardo Dicaprio cumple lo encomendado aunque luce muy joven en la piel del Gatsby, personaje que si le calzó como anillo al dedo al legendario Robert Redford.
El espectador es tratado como tonto por medio de los flashbacks para explicar las motivaciones del Gastby, los cuales son innecesarios y lucen como relleno para alargar el metraje, con el agregado de un final sentimentaloide que de alguna forma desvía la intencionalidad crítica de Fitzgerald.
Este intento de Baz Luhrmann de revivir El Gran Gatsby triunfa en cierta medida en lo visual a pesar de su desmedida extravagancia y se cae a nivel argumental en comparación con Romeo y Julieta o Moulin Rouge, antes de verla dese un paseo por la muy superior del 74 y luego este pendiente del breve cameo de Marilyn Manson.
VALORACIÓN: 6.8 / 10 VER EL GRAN GATSBY 1974 EN LINEA: http://www.cinedirecto.net/jquery/Divx/pasarela002.php?v=http://vk.com/video_ext.php?oid=199662146&id=165225156&hash=e9dcf5fe9d1d2db0&hd=1
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