Inédito
relato sobre un grupo de jóvenes sordos (los sordomudos no existen a menos que
nazcan sin cuerdas vocales) en un centro escolar aislado donde la delincuencia
y la prostitución se convierten en una forma de vida y supervivencia, todo esto
enmarcado en un entorno desolador, salvaje
y en donde la esperanza y la luz se vislumbran a gran distancia, el director
ucraniano Miroslav Slaboshpitsky trae una película sin diálogos y nos mete
abruptamente en el mundo de estos seres provistos de una discapacidad que no
los hace diferentes a nosotros en cuanto a sucumbir a todas las tentaciones bajas
a las cuales estamos expuestos los seres humanos indistintamente de cualquier condición.
Si algo esta
claro en The tribe es que su director
se asegura que en cada escena que
nos presenta estemos en total conciencia y despertemos ante el hecho de una
postura errática social de sentir lastima por todo aquel que tenga algún tipo
de discapacidad, lo que nos hace olvidar que su mente al menos que también este
discapacitada funciona exactamente igual como la del resto de los mal llamados
normales, a través de su protagonista Sergey internado en este instituto se nos
muestran la vida y el día a día en este descarnado sitial ausente de toda moral y etica en donde la
ley del mas fuerte se aplica sin la mas mínima compasión.
Por primera
vez se nos presenta una obra cinematográfica interpretada en su totalidad por
un reparto de personas sordomudas y narrada absolutamente en todo su metraje
en lenguaje de signos, pero esta particular característica para nada priva al
espectador común de entender a cabalidad todo lo que ocurre en el desarrollo
argumental con el agregado de una carencia total de banda sonora imponiéndose un
silencio casi absoluto por lo cual todo
el peso narrativo y expresivo se inclina hacia el lenguaje corporal, otro punto
destacable en el manejo de la historia es como el realizador coloca al
espectador al otro lado del espectro haciéndolo en parte discapacitado de entender por
ejemplo algunas conversaciones en lenguaje de señas ausentes de subtítulos, por
lo que es comprensible que el desespero atrape en parte de la primera hora del
visionado, pero repito a pesar de este ejercicio muy acertado de hacernos sentir
lo mismo que sienten ellos no es necesario ser conocedor del lenguaje de señas
para comprender los diferentes núcleos dramáticos que conforman el film.
Esta especie
de naranja mecánica muda nos pinta el desamparo, los famosos bullying y una extrema
violencia que caracteriza a este grupo de adolescentes que viven en el interior
de un gueto ucraniano en ausencia absoluta de autoridades y en donde varios de sus
componentes se comportan como una verdadera banda de criminales organizados en
diferentes tipos de roles como el robo, trafico de drogas y trata de blancas
con la total aprobación, complicidad y participación de las mismas chicas del instituto.
Slaboshpitsky
se vale del steadycam y planos secuencias que documentan a los adolescentes en
sus odiseas sin interrumpir en ningún momento sus acciones, el sonido es
empleado en doble sentido ya que el espectador oye cosas que los personajes no (hecho que se aprecia en su violento y excelente final)
pero al mismo tiempo los personajes se comunican sobre cosas que el espectador no comprende
pero intuye.
The Tribe es
una cinta difícil, que no es condescendiente en términos de crudeza con el
espectador y pudiera perturbar al más susceptible, pero esto no se interpone
ante la honestidad y la originalidad de su relato el cual será apreciado por
aquellos que tengan una básica noción de los elementos que debe tener una buena
propuesta, la cual esta sin duda lo es.
VALORACION 9/10
@cinealfred / alf.cols@gmail.com
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