Insólitamente e increíblemente
abucheada en el reciente festival de Cannes la nueva película del gran Nicolas Winding Refn (extraordinario
realizador de cintas como Drive y Bronson) es el claro ejemplo de muchas
propuestas que en su momento son incomprendidas y pagan un precio momentáneo por
sus posturas transgresoras y retadoras, The
Neon Demon se atreve a romper con los convencionalismos del cine, tornándose
en un manifiesto insultante para toda una clase de intelectuales de oficio del séptimo
arte, los cuales en vez de estar abiertos a nuevas ideas y abrazarlas mutan en
pastores de un rebaño de ovejas las cuales no permiten que ninguna se salga de
la formación, y la que se atreva que se prepare para las consecuencias.
Se puede entender que el público
promedio que tiene en su mente el software del cine meramente institucional y
comercial quede desconcertado ante las imágenes y lo que manifiesta Nicolas
Winding en su película, lo surrealista es que Cannes se convierta en la
plataforma de castración a la libre autoría intelectual, cuando en muchas
oportunidades han premiado exactamente lo que ahora pretenden exiliar, ya hemos
visto como clásicos de la talla de 2001,
El Club De La Pelea, Ciudadano Kane entre otros sufrieron el
desprecio y la incomprensión de los críticos del momento para tiempo después tener
que meter sus lenguas y sus escritos muy profundo, allí donde no les pega el
sol, al quedar en ridículos y desfasados ante obras que estaban muy por delante
de ellos y que el tiempo y las nuevas generaciones reivindicaron de manera
contundente.
Es posible que la ira desatada
por un grupo de “críticos lumbreras” se deba a la terrible conformidad que
caracteriza a esta década y a la mala interpretación de la premisa expuesta por
Nicolas en su Demonio De Neon, el realizador no critica a la belleza sino el
efecto que esta tiene en aquellos que se sienten inferior a ella o cuando esta
se convierte en obstáculo para alcanzar metas y ascender de nivel social, por
otro lado Nicolas deja bien sentado que nadie es culpable de ser hermoso o carismático,
es una condición que viene o no con nosotros y siempre será un misterio cual es
la selección natural que dota de especificas virtudes a unos sobre otros, es allí
donde Nicolas mueve a sus personajes secundarios los cuales en conjunto se
alzan como los verdaderos protagonistas, el personaje de Elle Fanning como Jessie encabeza al elenco pero es un
personaje referencial y catalizador el cual representa la belleza en su estado
mas puro sin el agregado de las artificialidades modernas que le son impuestas
hoy en día, a pesar de su inocencia y de estar desprovista de maldad ella es la
que provoca los conflictos y traumas en todo los caracteres con los cuales interactúa
haciendo despertar especialmente en las féminas los mas bajos instintos de
celos y envidias, todo esto sin mover un dedo, con tan solo su enigmática, fascínate
e intimidante presencia y es obvio que la escogencia del competitivo mundo del
modelaje como escenario para esta reflexión sea totalmente acertada.
En lo visual Nicolas toma inspiración
para hipnóticamente ambientar la trama de dos maestros tales como Dario Argento y David Lynch, el reconocimiento hacia Argento se da en lo colorido
de la iluminación y fotografía, a tal punto de que el mundo en donde nos
sumerge Nicolas esta impregnado de una irresistible irrealidad, la utilización marcada
de los colores en especial el rojo produce un efecto angustiante y de que algo
anda mal, abriendo la brecha para el camino
fatalista en donde se enrumba sin duda la trama, si a esto añadimos el tono oscuro,
surrealista y la precisa inclinación hacia una atmosfera de terror y suspenso
(sin llegar a posarse plenamente en alguno de los dos) podemos reconocer al
Lynch mas enrarecido y enfermizo de sus mejores trabajos (Inland Empire por nombrar uno), de manera que Nicolas aquí realiza
un digno homenaje a estas dos figuras icónicas, pero eso si, bajo sus propios términos
y como ya es su costumbre con unas tomas muy bien planificadas y encuadradas
aupadas con una excelente banda sonora cimentada en la música electrónica.
Una vez más Nicolas Winding Refn
se muestra indomable, inclasificable y se mantiene fiel a su exploración de la
violencia en sus distintas formas de manifestarse, tal vez el efecto ambiguo que
tiene Jessie sobre los mortales a su paso
es el mismo paralelismo que se dio con Nicolas y sus detractores en Cannes,
quienes no descartamos que tengan alguna inclinación caníbal alineándose con
ese acto metafórico planteado en The Neon Demon.
VALORACION 9/10
alf.cols@gmail.com / @cinealfred
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